Renacimiento del emperador Xuan Tian - novela - Capitulo 13
Capítulo 13: El Despertar del Dragón
El aire en la cámara subterránea estaba cargado de tensión mientras Xuan Tian y Zhen Mo se miraban fijamente, cada uno evaluando al otro. La energía que emanaba de ambos era palpable, creando un aura de poder que hacía temblar las paredes de la fortaleza.
«Prepárate, Zhen Mo», dijo Xuan Tian, su voz resonando con una mezcla de desafío y convicción. «Hoy terminará tu reinado de terror.»
Zhen Mo sonrió con desdén. «Palabras valientes, pero carecen de sustancia. Veamos si puedes respaldarlas con acciones.» Con un movimiento rápido, lanzó un hechizo oscuro directamente hacia Xuan Tian, una ráfaga de energía negra que parecía devorar la luz a su paso.
Xuan Tian levantó su espada y canalizó su Qi, creando un escudo de luz pura que detuvo el ataque. La colisión de energías opuestas provocó una explosión que hizo retroceder a ambos combatientes unos pasos, pero no cedieron terreno.
«¡Ahora, es el momento!» gritó Xuan Tian, señalando a sus guerreros para que avanzaran. Ming Jue y los otros discípulos de élite se lanzaron hacia los guardianes oscuros, sus movimientos sincronizados y precisos, como si fueran una extensión de la voluntad de su líder.
Mientras sus guerreros mantenían ocupados a los secuaces de Zhen Mo, Xuan Tian se concentró en el líder oscuro. Con una serie de gestos rápidos y precisos, activó una técnica ancestral que había aprendido en sus estudios más profundos: el Despertar del Dragón.
De repente, la figura de Xuan Tian comenzó a brillar intensamente, y una gigantesca forma etérea de un dragón dorado apareció detrás de él, sus ojos ardientes y su cuerpo lleno de poder. Zhen Mo retrocedió ligeramente, sorprendido por la manifestación.
«¿Qué es esto?» preguntó Zhen Mo, su voz teñida de incredulidad.
«Es el poder del Dragón Celestial, una fuerza que solo puede ser invocada por aquellos que han alcanzado la verdadera armonía entre el cuerpo y el espíritu», respondió Xuan Tian, avanzando con paso firme. El dragón dorado se movía con él, sus movimientos en perfecta sincronía con los de Xuan Tian.
Zhen Mo, recuperando su compostura, lanzó una serie de hechizos oscuros, intentando detener el avance de Xuan Tian. Pero el dragón dorado absorbía los ataques, convirtiendo la oscuridad en luz pura. La desesperación comenzó a aparecer en los ojos de Zhen Mo.
«No permitiré que destruyas todo por lo que he trabajado», gritó Zhen Mo, reuniendo toda su energía para un último ataque. Canalizó una enorme cantidad de energía oscura en una esfera gigantesca, y la lanzó hacia Xuan Tian con toda su fuerza.
Xuan Tian, sin inmutarse, levantó su espada y canalizó el poder del dragón dorado. Con un grito de batalla, cortó la esfera de energía oscura con un solo golpe, dispersando la oscuridad en un estallido de luz cegadora.
La explosión resultante derribó a Zhen Mo, quien cayó de rodillas, exhausto y derrotado. Xuan Tian se acercó a él, la figura del dragón aún brillando intensamente detrás de él. «Ríndete, Zhen Mo. Tu tiempo ha terminado.»
Zhen Mo, jadeando por el esfuerzo, levantó la mirada hacia Xuan Tian. «Nunca me rendiré… incluso si me derrotas aquí, mis seguidores continuarán mi legado.»
Xuan Tian negó con la cabeza. «No si los disuadimos con la verdad. Mostraré a tus seguidores la corrupción y el mal que has sembrado. Les ofreceré una nueva esperanza y un camino hacia la redención.»
Con esas palabras, Xuan Tian levantó su espada y, con un movimiento decidido, despojó a Zhen Mo de su poder oscuro, purificando su esencia y dejándolo inofensivo. La cámara se llenó de una luz purificadora que disipó la energía oscura restante.
Los guerreros de la Secta del Dragón Celestial se reagruparon, heridos pero victoriosos. Ming Jue se acercó a Xuan Tian, su rostro mostrando una mezcla de alivio y admiración. «Lo hemos logrado, maestro.»
Xuan Tian asintió, colocando una mano en el hombro de Ming Jue. «Sí, pero nuestra tarea aún no ha terminado. Debemos asegurar la fortaleza y liberar a aquellos que han sido corrompidos por Zhen Mo.»
Con la caída de Zhen Mo, la Secta del Dragón Celestial se dispuso a restaurar el equilibrio y la justicia, asegurando que el legado del mal no perdurara y que un nuevo capítulo de paz y esperanza comenzara para todos los reinos.