Renacimiento del emperador Xuan Tian - novela - Capitulo 1
Capítulo 1: Renacer
En la fría y estéril habitación de un hospital, bajo la tenue luz de las lámparas fluorescentes, un joven de veinte años, Li Wei, yacía en una cama, rodeado de monitores que emitían un constante pitido. Su cuerpo estaba delgado y frágil, con las marcas visibles de una prolongada batalla contra el cáncer. A pesar del dolor y la debilidad, Li Wei mantenía una serenidad en su mirada, aceptando el destino que la vida le había impuesto.
«Es hora de descansar, hijo,» susurró su madre, Liu Fang, con lágrimas en los ojos, sosteniendo su mano con delicadeza. Li Wei sonrió levemente, cerrando los ojos por última vez.
Pero la oscuridad no fue el final. En lugar de la nada eterna, Li Wei despertó sintiendo una energía poderosa y renovadora recorrer su cuerpo. Al abrir los ojos, se encontró en un vasto salón adornado con columnas de jade y estatuas doradas. Su ropa de hospital había sido reemplazada por lujosas túnicas bordadas con símbolos místicos. Mirándose las manos, notó que ya no eran delgadas y débiles, sino fuertes y llenas de vitalidad.
«¿Dónde estoy?» murmuró, perplejo. Antes de que pudiera comprender, un hombre anciano, con una larga barba blanca y una expresión de reverencia, se acercó y se postró ante él.
«Bienvenido de nuevo, Gran Emperador Xuan Tian,» dijo el anciano con voz temblorosa. «Hemos esperado su regreso por milenios.»
Li Wei frunció el ceño. No entendía nada. Pero fragmentos de recuerdos empezaron a invadir su mente, memorias de batallas épicas, de cultivación intensiva y de una secta poderosa que había dominado todo un universo. Era Xuan Tian, el cultivador inmortal, emperador de la Secta del Dragón Celestial, la más fuerte del mundo de Xuanxuan.
Trató de ponerse de pie, y aunque al principio sus piernas temblaron, la fuerza y la energía que sentía en su interior lo sostuvieron firmemente. Observó el vasto salón, lleno de antiguos artefactos y símbolos místicos que reconocía vagamente de sus nuevos recuerdos.
«¿Qué ha pasado durante mi ausencia?» preguntó, su voz resonando con autoridad natural.
El anciano, que se presentó como el Gran Anciano Shen, se levantó lentamente. «Gran Emperador, durante su ausencia, la Secta del Dragón Celestial ha caído en declive. Nuestros enemigos han crecido en número y poder, aprovechando su desaparición. Pero su regreso marca el inicio de una nueva era.»
Xuan Tian asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Sus recuerdos, aunque fragmentados, le proporcionaban suficiente contexto para entender que la reconstrucción de la secta no sería una tarea sencilla. Pero su determinación era inquebrantable. Después de todo, había vuelto a la vida con un propósito.
El Gran Anciano Shen lo guió por el palacio, explicándole los cambios ocurridos durante su ausencia. La secta había caído en declive, acosada por facciones rivales y traidores internos. Pero la presencia de Xuan Tian, un ser que había alcanzado la inmortalidad y trascendido los límites del cultivo, pronto restauraría el equilibrio.
Mientras caminaban por los corredores adornados con antiguos murales y artefactos, Shen contó cómo los enemigos de la secta habían aprovechado su ausencia. Varias sectas rivales, como la Secta de la Serpiente Negra y el Clan del Fénix Carmesí, habían ganado poder y se habían convertido en amenazas constantes.
«Pero con su regreso, Gran Emperador, la esperanza ha vuelto a nuestra gente,» dijo Shen con fervor. «Su presencia sola es suficiente para inspirar a nuestros discípulos y sembrar el miedo en nuestros enemigos.»
Xuan Tian asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Sus recuerdos, aunque fragmentados, le proporcionaban suficiente contexto para entender que la reconstrucción de la secta no sería una tarea sencilla. Pero su determinación era inquebrantable. Después de todo, había vuelto a la vida con un propósito.